Son esas noches en que puedo ser mi mejor amiga, o mi mejor juez.
En que puedo descubrir por doquier la razón de ser,
o perecer en el intento..
Donde mi orgullo discute a uñas y dientes contra mi respeto,
lo que se quiere, cuerpo a cuerpo con lo que se debe..
y previendo la ballata campal venidera, el corazón se esconde..
La razón da la orden de abortar todo tipo de sentimientos nacientes
(-preferible evitar cardiodepresiones! - es su argumento),
pero sus órdenes pueden ser desobedecidas en secreto,
cuando la soledad decide tomarse un franco
e ignorar almanaques, relojes y brújulas...
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