viernes, 19 de agosto de 2011

Castillos de naipes nunca más

Mi composición química obedece a la noche y el día,
la luna me recuerda mis peores temores, con un dejo de burla en su voz...
y yo, cobarde, buscando en el horizonte distraerme con las líneas y matices que dibujan los últimos delirios de sol...
y en un intento de evasión del anunciado Big Bang cerebral,
¡qué difícil se hace naufragar en mi balsa de cemento!
con tamañas extensiones de laguna, cuasi-oceánica en mi insignificancia universal
son tan débiles mis remos de ilusión
que en un naufragio tan profundo,
encontrar orillas es tan solo un espejismo,
divina dosis de mentira momentánea
que primero endulza, y luego te da una cachetada,
te nubla el cielo, y se ríe a carcajadas...

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