martes, 6 de septiembre de 2011

Juego de ser extrañado, riesgo de ser olvidado


Pero resulta que cada vez que logra ensamblar las partes
llega un viento cruento que destroza las débiles estructuras logradas, sin un migaja de piedad.
En esa enfermiza manía de estar pero no estar,
de imponer presencia con apenas un acto, luego de barajar cartas de olvido
jugando a ser extrañado, y sin sacar comodines...
De caminar por el filo de la navaja a carcajadas
sabiendo que puede caer con las piernas abiertas en el intento,
y esa extraña mezcla de inocencia y perversión
que tan bien correspondida es con su fruto, de odio y amor absoluto..
una inyección de dosis diaria de masoquismo
de querer y no querer, de sentir y no discernir realidad de fantasía!
De que lo único seguro es la duda (y como pesa...)
De que, en la soga de sus emociones, es equilibrista poco experimentada
y el motor de sus impulsos no le puso siquiera una red por si acaso…

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