Y en lo alegremente triste de quien busca su camino lejos de la huella trazada,
se encontró con la aliviante paradoja de quien logra hacerla sentir acompañada en la soledad...
Aquel viejo Merlín sólo tenía palabras impregnadas de bondad inmensurable en la boca,
y menjunjes de vida, magia y color, guardados en los bolsillos;
que le enseñó a llorar a carcajadas, y a reír hasta las lágrimas.
Y le prestó, así, sin más, todos sus crayones, un poco de calma y una dosis de paciencia
y la invitó a pintar arcoiris por doquier, sin saber que se descubriría a sí misma en cada trazo,
cuna de las sonrisas más profundas jamás antes vistas.
Y teniendo a la locura como motor, y sus sonrisas como combustible,
la trama dió un vuelco inesperado, cuando fue el doctor quien necesitaba ser curado.
Y la reciprocidad brilló por su ausencia...
Y en su terapia eterna, en la agonía absoluta,
en los libros que describen la teoría de la felicidad, ella tardó unos instantes en caer en cuenta
de cuáles eran las cosas dignas de resaltar...
Y dejó de sonreír el día que vislumbró que aquella luz ya no brillaba para sí;
que ese fuego brillaba tenue, pero desgarraba por dentro con su arder.
Que su fénix ya nunca volvería a recitar aquella melodía que tanto necesitaba escuchar.
Y en un intento enmudecido de gritar lo que su mente no calla,
no encuentra las palabras ni la forma de que su alma hable por ella,
para decir aquellas dos palabras que, juntas, están más que trilladas,
pero no por ello, igualmente ciertas...
Y aunque ahora camina sola,
a cada paso vuelve la mirada hacia atrás, en busca de su confirmación cómplice,
esa mirada que le indica que a cada paso está más cerca de la meta;
que no importa lo que pase, porque todo estará bien;
y acompañada de semejante obra sinfónica de risas, por supuesto, estaba la mirada de los ojos del orgullo,
ahora tan ausente y añorada, porque aunque sabe que es lo que más necesita,
no sabe que tanto le gusta más avanzar a "pasos sin ruedita"...
Y resulta que a veces es más difícil dar el primer paso para animarse a volar
cuando la puerta de la jaula nunca estuvo cerrada;
... y sin embargo, sabe perfectamente que un pájaro que se encierra, pierde pronto las ganas de volar..
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