Y en lo alegremente triste de quien busca su camino lejos de la huella trazada,
se encontró con la aliviante paradoja de quien logra hacerla sentir acompañada en la soledad...
Aquel viejo Merlín sólo tenía palabras impregnadas de bondad inmensurable en la boca,
y menjunjes de vida, magia y color, guardados en los bolsillos;
que le enseñó a llorar a carcajadas, y a reír hasta las lágrimas.
Y le prestó, así, sin más, todos sus crayones, un poco de calma y una dosis de paciencia
y la invitó a pintar arcoiris por doquier, sin saber que se descubriría a sí misma en cada trazo,
cuna de las sonrisas más profundas jamás antes vistas.
Y teniendo a la locura como motor, y sus sonrisas como combustible,
la trama dió un vuelco inesperado, cuando fue el doctor quien necesitaba ser curado.
Y la reciprocidad brilló por su ausencia...
Y en su terapia eterna, en la agonía absoluta,
en los libros que describen la teoría de la felicidad, ella tardó unos instantes en caer en cuenta
de cuáles eran las cosas dignas de resaltar...
Y dejó de sonreír el día que vislumbró que aquella luz ya no brillaba para sí;
que ese fuego brillaba tenue, pero desgarraba por dentro con su arder.
Que su fénix ya nunca volvería a recitar aquella melodía que tanto necesitaba escuchar.
Y en un intento enmudecido de gritar lo que su mente no calla,
no encuentra las palabras ni la forma de que su alma hable por ella,
para decir aquellas dos palabras que, juntas, están más que trilladas,
pero no por ello, igualmente ciertas...
Y aunque ahora camina sola,
a cada paso vuelve la mirada hacia atrás, en busca de su confirmación cómplice,
esa mirada que le indica que a cada paso está más cerca de la meta;
que no importa lo que pase, porque todo estará bien;
y acompañada de semejante obra sinfónica de risas, por supuesto, estaba la mirada de los ojos del orgullo,
ahora tan ausente y añorada, porque aunque sabe que es lo que más necesita,
no sabe que tanto le gusta más avanzar a "pasos sin ruedita"...
Y resulta que a veces es más difícil dar el primer paso para animarse a volar
cuando la puerta de la jaula nunca estuvo cerrada;
... y sin embargo, sabe perfectamente que un pájaro que se encierra, pierde pronto las ganas de volar..
Este es un espacio donde comparto algunas cosas que escribo cuando los sentimientos se acumulan y quieren salir a darse a conocer... espero que les guste
jueves, 22 de septiembre de 2011
martes, 6 de septiembre de 2011
Juego de ser extrañado, riesgo de ser olvidado
Pero resulta que
cada vez que logra ensamblar las partes
llega un viento
cruento que destroza las débiles estructuras logradas, sin un migaja de piedad.
En esa enfermiza
manía de estar pero no estar,
de imponer
presencia con apenas un acto, luego de barajar cartas de olvido
jugando a ser
extrañado, y sin sacar comodines...
De caminar por el
filo de la navaja a carcajadas
sabiendo que
puede caer con las piernas abiertas en el intento,
y esa extraña
mezcla de inocencia y perversión
que tan bien
correspondida es con su fruto, de odio y
amor absoluto..
una inyección de
dosis diaria de masoquismo
de querer y no
querer, de sentir y no discernir realidad de fantasía!
De que lo único seguro
es la duda (y como pesa...)
De que, en la soga
de sus emociones, es equilibrista poco experimentada
y el motor de sus
impulsos no le puso siquiera una red por si acaso…
domingo, 4 de septiembre de 2011
Un acto vale más que mil imágenes
E imitando a la luna, oculta siempre una parte de su rostro
que gira al compás de tu cabeza, cuando asume el papel de aquel gato, víctima de curiosidad...
y bailando, disimula, sofisticada e imperceptiblemente una estrategia de evasión
porque aprende que no basta sólo con jugar
sin que otro jugador iguale la apuesta.
Y prendiendo un cigarrillo, no queda más que esperar,
que mejor pisar el freno si a primera vista no eclipsa;
preferible tirar la toalla, que perder en un predecible knock out...
Y sin embargo, debería conciliar
que cuando se siente en las venas la música que tocas,
es mejor dejarse llevar, y entregarse al viento
que lo que hoy dosificás, siempre va a quedar dentro
vestido de arrepentimiento, recuerdo,
o amargura enfrescada de potencias que nunca serán (ya nunca serán)
que para la vida no existen coronados exentos de esos altos tributos
que nos cobra en cada cuota de equivocación...
que gira al compás de tu cabeza, cuando asume el papel de aquel gato, víctima de curiosidad...
y bailando, disimula, sofisticada e imperceptiblemente una estrategia de evasión
porque aprende que no basta sólo con jugar
sin que otro jugador iguale la apuesta.
Y prendiendo un cigarrillo, no queda más que esperar,
que mejor pisar el freno si a primera vista no eclipsa;
preferible tirar la toalla, que perder en un predecible knock out...
Y sin embargo, debería conciliar
que cuando se siente en las venas la música que tocas,
es mejor dejarse llevar, y entregarse al viento
que lo que hoy dosificás, siempre va a quedar dentro
vestido de arrepentimiento, recuerdo,
o amargura enfrescada de potencias que nunca serán (ya nunca serán)
que para la vida no existen coronados exentos de esos altos tributos
que nos cobra en cada cuota de equivocación...
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