sábado, 20 de agosto de 2011

El Sapo que eligió no ser Príncipe

Situado en un remoto país de ilusiones,
la historia escrita hasta el momento comenzó a disgustar;
había enredádose tanto en la trama su autor,
que no sólo había perdido la audiencia, sino también su razón de ser..
Los críticos la coronaron con apenas 1/4 de estrella (de puros piadosos),
clasificado de ordinarios a sus personajes, carente de imaginación,
precaria su presencia de moralejas, falto de magia y ensueño...
y decepcionado con el bajo presupuesto de la obra,
guardó sus protestos en los bolsillos rotos de su pantalón,
bastando una negación para que su elenco pase de nuevo a formar parte del índice de desempleo..
Y avizoró entonces tan sólo el avant-première de sus sueños rotos,
porque Felices por Siempre era un lugar reservado sólo para príncipes y princesas de elite.

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