Siendo otra noche de esas en las que la nostalgia se sienta en sus piernas,
y la tristeza se ofrece otra vez como musa inspiradora,
miles de versos fluyen de su pensar, sin hilvanar ideas completas.
Doscientos pesos de ilusiones sueltas.
El complot de sentimientos teniendo al insomnio como cómplice,
le muestran una y otra vez una verdadera película de momentos y palabras que supo decir.
Y aunque se esfuerce, siempre habrán cosas que no logre comprender,
y se pregunta si la única respuesta a sus interrogantes será dejar de preguntar,
porque, por muchos esfuerzos que haga, siempre algo excede a su razón.
Y decide dejar de buscar excusas que justifiquen verdades que están tan claras,
porque bien sabe que donde sobran las excusas faltan los motivos,
y la verdad jamás debería doler...
Que en cambio lo que duele es la disonancia entre realidad e ilusión;
Ilusión que armamos en plan de concebir la felicidad bajo prototipos de confort garantizados,
pero poco posibles, a fin de cuentas.
Y si mil reiteraciones crean una verdad,
su verdad es que no aprende más!
Porque la diferencia es abismal entre tropezar una vez más con la misma piedra, que enamorarse de ella,
y debería optar por dejar de proyectar y comenzar a aceptar lo que tan claro está en el aire.
Los sapos jamas fueron príncipes, los ratones jamás corceles, ni las calabazas jamás carrozas...
Es hermosa la manera que tenés de escribir. No solamente por el vocabulario excelente que usás, sino también por la metáfora y la manera que tenés de ayudar a la imaginación y dar ganas de seguir leyendo, a pesar de la naturaleza melancólica del texto. Gracias por animarte a compartirlo y dejar que lo pueda apreciar todo el mundo :)
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