martes, 27 de diciembre de 2011

Otra vez, el disfraz de Tercera Persona


Mientras reflexiona en cómo es posible que los problemas que tienen solución
arranquen de raíz sentimientos que pretendían ser eternos,
considera un aumento de salarios de los demonios que irrumpen paz hasta destruirla por completo,
por buen desempeño, por considerarlo meritorio,
negándose a aceptar que sea posible el reemplazo de personas como un recambio vulgar,
y con firme convicción, contraria a lo que demuestra empíricamente la verdad de los hechos,
sostiene que lo que es auténtico jamás puede morir,
escéptica de aceptar que una diferencia de concepto pueda destruir aquellos cimientos.
Entonces, una vez más se encuentra en el punto de partida, de donde nunca debería haberse despegado
porque sabe de pies a cabeza la teoría, pero.. cómo cuesta aplicarla en la realidad!
Porque aunque dijo, y sostuvo hasta el cansancio, nunca terminó de ser afianzado,
consciente que podría engañar a todo el que se le cruce,
menos a sí misma. Y nunca se creyó ni una palabra,
porque, en el fondo, guardaba la esperanza
que el destino, el tiempo, un Dios -por qué no?-, o lo que fuera,
le demostrara que sus teorías estaban equivocadas,
y que nada era como lo describía, y pretendía creer...

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