Ayer, como siempre, pasé por los lugares donde tanto te gustaba pasear. Y descubrí que hacía días en que no había pensado en vos cuando pasaba.
Me inundó de tristeza la idea de sentir que estaba empezando a olvidarte. No quería que eso pase. No quiero...
Luego recordé todo el amor que nos teníamos. Lo lindo que era compartir esas cosas, forjar ese vínculo...
No, definitivamente a eso nunca lo voy a olvidar. Queda grabado en mi corazón como un tatuaje.
Entonces entendí que no te estaba olvidando: sólo me estaba empezando a acostumbrar a vivir con tu ausencia.